El mundo viene respondiendo a diversos fenómenos económicos,
tecnológicos y sociales que han repercutido de forma directa, en fondo y forma,
en el entorno laboral y en las opciones que tiene toda persona para encontrar
empleo o para avanzar en una organización. Hoy en día, tan importante como ser
un profesional es tener las llamadas “competencias” que el puesto requiere, que finalmente serán de gran valor para
acceder a un trabajo o para mantenerlo, pues en la medida en que una persona,
además de sus conocimientos y experiencia, pueda demostrar un alto nivel en las
competencias que requiere un puesto, mayor será su empleabilidad, lo que le
será de gran utilidad dada la competencia, que es… feroz.
¿Por qué son tan
valoradas las competencias? Porque hoy existen
la oferta de profesionales supera la demanda y la dinámica laboral es muy
exigente, por ello las organizaciones buscan personas capaces de superar
exitosamente nuevos escenarios o momentos de crisis, aportando a la gestión de la empresa en lugar
de generar nuevos conflictos o mayores costos. Como dice Inés Temple, gurú
peruana en estos temas, autora de "Usted S.A." y Presidente
Ejecutivo de DBM Perú, “Nadie quiere trabajar con gente soberbia, arrogante,
conflictiva, amargada o resentida, por más grados académicos o experiencia que
tenga”.
Al respecto la
encuesta Talent Management Annual Survey (NGA) ha revelado que las empresas más
exitosas ya tienen claro que identificar y retener el talento es una prioridad
para su organización, por lo que alrededor del 87% de los líderes buscan nuevos
talentos como un elemento clave del éxito y el 67% cree que se deberían asignar más recursos
a la estrategia de gestión del talento de sus empresas. Por eso las empresas, grandes o pequeñas,
entendiendo que su rentabilidad depende también de estos aspectos han
incorporado en su sistema de selección la evaluación de competencias, y quienes
postulen a un puesto deben tener esto en consideración y preparase para
afrontarlo exitosamente.
Si alguien busca empleo o desea uno
mejor, debe tener un conocimiento cabal de las propias fortalezas y capacidades
para poder comunicarlo y a la vez poder
realizar los ajustes necesarios y orientar nuestro esfuerzo en la dirección
correcta, Conocer nuestras tendencias conductuales y la potencialidad de desarrollo que tenemos, nos
permite enfocar nuestro potencial en condiciones ventajosas hacia el mercado
laboral.
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