miércoles, 1 de abril de 2015

EL ESTRÉS: DESTRUYE TU SALUD Y AFECTA TU CAPACIDAD LABORAL

¿Has sentido que  muchos de los errores en tu trabajo no los hubieras cometido de estar más relajado y en
control?
Como tú muchas personas tienen altos niveles de capacidad pero sin embargo sus resultados no siempre lo reflejan, pues su estado emocional no es el adecuado para el correcto desempeño de sus responsabilidades. Es el conocido “estrés” (la enfermedad del siglo) y sus consecuencias, que se reflejan no sólo en la salud sino hasta en la productividad  de cada persona.
Un estudio realizado en 200.000 personas de siete países europeos, dirigido por Mika Kivimäki, del University College de Londres, concluye que quienes “tienen trabajos muy exigentes y poca libertad para tomar decisiones tienen un 23% más de probabilidades de
sufrir un ataque al corazón” (detrás de factores de riesgo como el tabaquismo y la obesidad) en comparación con sus pares sin dicho estrés, lo que indicaría que una modificación de los niveles de estrés podría beneficiar significativamente a estas personas.

ESTRÉS Y ECONOMÍA GLOBAL
El estrés laboral se asocia de forma consistente con una menor productividad de las empresas,  siendo considerado por la OIT como  el segundo problema de salud más común, afectando al 28% de la población mundial.
Su incidencia en la economía se da por los niveles de ausentismo, los altos costos de la rotación  de personal y el descenso en el desempeño de los individuos, factores que se estiman, en el caso de Estados Unidos, causantes de pérdidas anuales de más de 150.000 millones de dólares, y en el caso europeo de 20.000 millones de euros.
En 1987 el Gobierno japonés reconoció oficialmente el riesgo de muerte por estrés laboral o exceso
de trabajo, denominada “Karoshi”, dado que un 20% de los japoneses dedican más de 12 horas diarias a su trabajo y el fenómeno Karoshi supone unas 10.000 muertes al año y el tercio de los suicidios en el país (Karoshisatsu o suicidios por estrés laboral).
En Latinoamérica el país con mayor estrés laboral es México, con una población afectada por el estrés calculada en 40%, en comparación a la europea, con 28%.
En el Perú el 78% de los trabajadores peruanos declara haber sufrido un cuadro de estrés laboral, mientras que el  89% asegura que su empresa no toma medidas para evitar o disminuir su enfermedad. Sin embargo, un alentador 32% ya ha aprendido alguna estrategia de prevención: realizar actividades recreativas o deportivas, dividir su tiempo y tareas en el trabajo y/o desarrollar estrategias de descanso entre tareas.

¿PPOR QUÉ NUESTRO CUERPO RESPONDE CON ESTRÉS?
Nuestro cerebro ha sido diseñado para responder rápidamente ante situaciones de peligro, y las reconoce cuando interpreta  elementos asociados al concepto de peligro (fuego, ruido fuertes, movimientos telúricos, gritos, etc.) en el entorno inmediato. Para superar la situación adecuadamente el cuerpo se prepara  segregando sustancias químicas que facilitan una respuesta de agresión (enfrentar el peligro) o escape (huir de él).
Sin embargo, cuando nuestros peligros ya no son depredadores salvajes que viven en nuestro medio sino una situación de crisis en el trabajo, la cosa se complica… aunque el cuerpo responsa igual. De pronto tenemos problemas con una persona o con ciertas condiciones de trabajo (no alcanzar la meta, ser reprendido por el superior, estar ante un inminente conflicto, etc.) y nuestra mente las asocia como situación a evitar o de peligro y genera esa ola de químicos en nuestro torrente sanguíneo que no nos ayuda, pues no se trata de salir corriendo o disponerse a pelear, y nuestro organismo debe hacer mucho esfuerzo para degradar esas sustancias que no fueron utilizadas.
De ahí en adelante, cuando sentimos la inminencia de una de esas situaciones, el cuerpo reaccionará siempre de la misma forma, como si estuviera ante un peligro real, y por ello cada vez que veamos a esa persona o estemos en ese lugar,  nos sentiremos muy mal (estresados) sin saber la causa. Cuando esos cuadros se desarrollan  con frecuencia, su impacto en nuestro organismo dejará huella en nuestro estado de salud físico y emocional.

¿QUÉ SITUACIONES ORIGINAN CUADROS DE ESTRÉS?
Si bien es común escuchar frecuentemente que las personas están “estresadas”, más allá de situaciones eventuales o pasajeras,  se considera que hay o puede haber estrés laboral cuando se produce:
  • Una excesiva carga de trabajo (para el tiempo y/o los recursos disponibles
  • Una responsabilidad muy alta y/o a veces en desproporción a las condiciones y/o preparación recibida
  • Condiciones inadecuadas o poco satisfactorias para cumplir con los requerimientos del puesto.
  • Situaciones de peligro (físico o emocional) a las que se resulta expuesto sin que pueda hacer algo por evitarlo.
  • El temor continuo de una posible situación negativa o amenazante .
Muchas veces el trabajador puede intervenir en estas situaciones para modificar de alguna medida la situación, sin embargo, no siempre es así. Cuando el estrés se convierte en parte de la vida cotidiana, se presentan muchos síntomas, estando entre los más comunes:
  • Problemas inusuales de memoria
  • Sensación permanente de cansancio que no desaparece ni después de dormir 
  • Dolor de cabeza, cuello, espalda o estómago sin causa aparente
  • Reducción en la creatividad o capacidad para resolver problemas
  • Crisis de presión arterial (palpitaciones inusuales, altas/bajas de presión).
  • Cambios en el apetito (pérdida o incremento del mismo).
10 TIPS PARA MEJORAR TU SALUD Y MANEJAR EL ESTRÉS
En primer lugar, reconocer que la responsabilidad de tu salud es tuya y que por lo tanto, si deseas mejorar tu condición, tú deberás hacer cambios, sin esperar a que el entorno mejore.
Reconocer qué es lo que te causa estrés es el segundo paso para tomar medidas y evitarlo. Para eso debes hacer un ejercicio de evaluación de tu desempeño laboral y los estados de ánimo asociados.
Finalmente, deberás asumir un compromiso con el cambio, asumiendo la determinación de esforzarte y perseverar para generar condiciones que te favorezcan y faciliten un desempeño laboral más armonioso y saludable, aumentando tu productividad.
 sabemos bien que hacer cambios no es fácil, pero también sabemos que ¡sí funciona! Sólo debes aplicarte a llevar a cabo un plan de pequeñas mejoras y llevarlo a cabo de forma periódica y sostenida.
  1. Inicia tu día con pensamientos positivos. Estando aún en la cama, medita unos momentos en lo bueno que tienes en tu vida y agradece sinceramente por ello. 
  2. El plan del día debes dejarlo hecho en la noche  anterior, de forma que puedas iniciar tu jornada más tranquilo en la confianza de que tienes un orden listo.
  3. No te conectes con lo negativo, no mires medios de comunicación que transmitan noticias de violencia, tragedias o conflictos, pues no deseas que tu espíritu se impregne de esas sensaciones de caos, temor y angustia.
  4. Trata de escuchar algo de música que te trasmita un tranquilo optimismo. Puede ser música instrumental u otra similar, pero aléjate del rock pesado, o de aquellas canciones que en cualquier género musical, hablen de dolor, conflicto, ansiedad.
  5. Al llegar a tu puesto de trabajo, respira hondo. Tómate un minuto para hacer tres respiraciones profundas (conteniendo unos segundos el aire en los pulmones y luego exhalándolo suavemente). Luego con calma repite mentalmente por tres veces una frase motivadora escogida por ti (“Hoy será un gran día”, “La serenidad es mi compañera”, “Hoy yo estoy en control”, o cualquier otra que se adapte a tu situación particular).
  6. Busca un espacio de desahogo. Cuando sientas que están sucumbiendo a la angustia de situaciones laborales, tómate unos minutos en un espacio neutral (jardín, balcón, exteriores, etc.) para respirar profundamente, calmarte y recordar que tu estado emocional debe ser manejado por ti y no por el entorno.
  7. Realiza una actividad física frecuente y regulada: caminar, trotar, montar bicicleta, nadar, ir al gym, etc., no menos de 3 veces por semana. Te relajará y mejorará tu salud integral. Comienza suavemente, e incrementa de forma paulatina y responsable, de acuerdo a tu condición física. Si es necesario, consulta a un médico antes de iniciar un programa.
  8. Cuida tu alimentación. El estrés te suele empujar a la ingesta de carbohidratos y azúcares de forma desmedida. Evita hacerlo pues sólo empeorarás la situación. Cuando sientas la llamada imperiosa del estrés, consume mucha agua y fruta. 
  9. Ten un espacio para una actividad de tu elección: bailar, pintar, aprender o practicar  un instrumento musical, bailar, salir al campo, elige una o dos horas a la semana para sentirte cómodo y disfrutar sin prisas ni condicionamientos.
  10.  Busca ayuda profesional si lo requieres, para liberarte de la presión excesiva del estrés laboral. Un coach puede ayudarte con estrategias efectivas a lidiar con las situaciones estresantes y enfrentar tu día a día de una forma saludable y positiva. 

Mucho cuidado con situaciones de falso estrés
Muchas veces el estrés es una respuesta anhelada, aunque quienes lo sufren aseguren lo contrario, y sin darnos cuenta vamos a ser los primeros en tratar de generar condiciones estresantes para obtener algo a cambio. Aquí los casos más frecuentes:

* Cuando el estrés te hace sentir importante
Muchas personas no lo saben conscientemente pero suelen sentirse estresados (y hacerlo público) porque así parecemos muy importantes (nos piden demasiado porque somos valiosos y sólo nosotros lo podemos hacer).

* Cuando el estrés te justifica

Suele ser una disculpa excelente para aquellas cosas que no hicimos o que hicimos mal ¡nos hace menos responsables de nuestros actos!

* Cuando el estrés te hace merecedor de algo deseable
Si declaramos que vivimos estresados todos ven oportuno y necesario que tomemos descansos o vacaciones anticipadas,  que recibamos más ayuda, etc.

Todos estos factores se presentan en situaciones en las que el individuo tiene un trabajo intenso pero no llega a configurar un cuadro de estrés, por lo que de forma inconsciente  buscan generar situaciones de “estrés” porque le permiten obtener  beneficios o recompensas (sensación de valor, justificaciones, apoyo extra, etc.). Una vez que su mente asocia la causa y el efecto, sin darse cuenta buscará sentir condiciones de estrés para volver a recibir el beneficio.

MIDIENDO EL NIVEL DE ESTRÉS LABORAL
Una alternativa útil para determinar la conveniencia de hacer ajustes o mantener el status quo es tener una evaluación que determine el nivel de estrés vs el de motivación laboral.
PDA Assessment incluye esos parámetros dentro de la información que provee tras la evaluación que realiza, y que además permite conocer niveles de competencias, rasgos comportamentales, entre otros.
Si tienes interés sólo tienes que escribir a contacto@humanconsultores.com.pe 

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