lunes, 3 de julio de 2017

Claves para un buen diálogo en la oficina

Por: Giuliana Caccia

Comunicarse bien no solo es hablar de todo y con confianza. Si bien ese tipo de diálogo podría funcionar sin problema en cualquier encuentro personal, no por eso estaríamos necesariamente construyendo una relación sólida. Es más, en la mayoría de los casos, conversaciones ligeras y amenas, no significan que están orientadas a buscar algún tipo de objetivo concreto sino más bien a pasar un buen rato.

Cuando hablamos del centro laboral, los términos en materia de comunicación son distintos a cuando por ejemplo, hablamos de la comunicación en la pareja. En la oficina uno debe dejar de lado, preferentemente, la parte emotiva y centrarse más bien, en el lado objetivo de los hechos. ¿Eso no sucede normalmente? ¿La mayoría de colaboradores hablan más desde la emoción que desde la razón? Entonces es más urgente entender que la comunicación eficaz dentro de una empresa tiene variables que son imprescindibles y que son muy distintas a un diálogo amical o de padre a hijo. Y es por eso que debemos ser conscientes de nuestras habilidades de comunicación en este espacio para no cometer errores innecesarios que nos puedan traer problemas tanto a nivel personal como a nivel empresarial.

En el caso de la vida profesional, el saber comunicarse es una habilidad que puede marcar la diferencia en nuestro crecimiento ya que esta competencia se puede convertir en la herramienta adecuada para, entre otros resultados, conectar mejor con los demás, generar mayor confianza, lograr mayor rendimiento y conseguir resolver eficazmente conflictos en el trabajo.

Algunas pautas para comunicarnos efectivamente

Antes de seguir con algunos consejos concretos sobre cómo comunicarnos mejor debemos entender que en cualquier ámbito de nuestra vida, sí es importante tener claro el por qué hacemos las cosas.
¿Qué tiene que ver esto en la comunicación empresarial? Si nuestra intención es ganar una discusión simplemente por un impulso del orgullo o, en cambio, es conseguir lo mejor para algún aspecto de la empresa (el cliente, la misma organización, un producto o algún servicio), la manera de aproximarnos y de desenvolvernos en una reunión será distinta. Nuestra actitud, por ejemplo, será diferente si queremos atropellar a alguien o si queremos ayudarlo a crecer. Y si consideramos que el trabajo deber ser fuente de mejora personal, entonces sí es importante determinar nuestros objetivos antes de cada reunión, buscando obtener lo verdaderamente bueno en cada intercambio.

Desde esta perspectiva, compartimos algunos consejos para tener una mejor comunicación en nuestro centro laboral:




  1. Considerar que el lenguaje debe servir para expresar hechos, emociones y opiniones. El error está en no utilizarlo con propiedad. Debemos hablar de hechos cuando queremos manifestar un hecho; hablar de emociones cuando queremos expresar emociones y describir una opinión cuando queremos hablar de interpretaciones.
  2. No podemos esperar que todos piensen como nosotros. Además que no es sano. La variedad en los puntos de vista ayuda a enriquecer las propuestas o discusiones, permitiendo ver ángulos que tal vez nosotros no vemos solos. Bien dicen que cuatro ojos ven mejor que dos.
  3. Ser sinceros. La sinceridad no consiste necesariamente en decir todo lo que se piensa sino en no decir nunca lo contrario de lo que pensamos.
  4. Hablar menos y escuchar más. Si nuestra intención es conseguir el mejor resultado y no “ganar” una posición, lo mejor es dejar que los demás hablen y tener una actitud de escucha activa en nuestras conversaciones. Esto también implica no estar a la defensiva o cerrarnos a ciertas opiniones que se dan con la mejor intención, inclusive sobre nosotros. No hay peor sordo que el que no quiere oír.
  5. La verdad no es monopolio de nadie. Cuando hablamos de proyectos o puntos de vista sobre asuntos empresariales, el diálogo y la discusión positiva no hace más que nutrir el posible resultado. Además, tener esto claro nos ayuda a desarrollar la virtud de la humildad, tan necesaria cuando hablamos de trabajo.
  6. Capacidad para saber ceder. Del punto anterior podemos deducir que si tenemos claro que otros pueden tener la razón, entonces tendremos la apertura y disposición para ceder cuando reconocemos que podemos estar equivocados. El diálogo supone reconocer que todos tenemos derecho a equivocarnos y cultivar una actitud de acogida interior a las opiniones de los demás.
  7. No podemos decirlo todo. No siempre hay tiempo suficiente para decir todo lo que pensamos. Por eso, una actitud proactiva es saber escoger los puntos importantes que se deben discutir y que son clave para sacar adelante un proyecto o decisión.
  8. Es importante que todos participen. El responsable de la reunión debe ser capaz de equilibrar la participación de las personalidades dominantes con las aquella más introvertidas y reservadas, sin tomar partido o mostrar favoritismo.

Algunas actitudes y gestos que no ayudan a un buen diálogo en una reunión:

  • Llegar tarde e interrumpir saludando.
  • Llegar tarde y preguntar por lo ya hablado.
  • Interrumpir con frecuencia.
  • Aclarar de continuo o molestarse.
  • Creer que todo el tiempo es para uno.
  • Recibir llamadas o mensajes en el celular.
  • Querer acabar rápido.
  • Ir a la reunión sin estar preparado.
  • Atacar al resto. Ridiculizar o criticar a los otros con palabras, muecas o gestos.
  • Cuchichear con el de al lado.
  • Repetir constantemente un tema.
  • Irse antes de finalizar la reunión.
Fuente: http://www.piensaprofuturo.com/articulo/claves-para-un-buen-dialogo-en-la-oficina-258

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