- Son respetuosos de nuestro tiempo. Siempre llegan a sus vuelos con suficiente tiempo de anticipación. No son “divas” y no hacen esperar a los pilotos.
- Pagan rápido y completo. Redondean los números. Si el viaje cuesta $9,800 dólares, pagan $10,000. Son muy generosos con las propinas a los pilotos y azafatas.
- Se toman el tiempo para enviar mensajes de agradecimiento, no importa lo ocupados que estén.
- También se toman el tiempo de enviarnos comentarios y opiniones por lo bueno y lo malo que pueda pasar en el transcurso de un vuelo. Esta información es invaluable para nosotros.
- Siempre nos desean el éxito. Nos recomiendan amigos, familiares y socios para que nuestro negocio crezca.
- No se quejan de las cosas pequeñas. Siempre piensan en grande.
- Para sus vuelos privados, requieren comidas sencillas. En muchas ocasiones, no quieren alcohol, dulces ni postres. Mucho menos langosta.
- Saben mucho acerca de los aviones privados y hacen preguntas difíciles. La mayoría de ellos disfruta escoger su jet y planear sus viajes. Rara vez dejan que un asistente maneje el proceso de reserva. Nuestra discreción es crucial.
- Los millonarios también se ponen ansiosos por impresionar a socios, clientes, suegros y familiares.
- Desarrollan relaciones y valoran el tiempo invertido. Tratan a sus equipos de trabajo y asistentes como familia.
- Pueden planear un viaje de 3 días a un destino sólo para combatir el jet lag y no afectar su horario de dormir. Dormir adecuadamente los mantiene productivos.
- Si algo sale mal o la experiencia de vuelo no es excelente, puedes perderlos como clientes, pero jamás te humillarán.
Como puede verse, hay aspectos como la generosidad, el respeto, la autodisciplina y la cortesía, que son cualidades que a todos, independientemente del lugar que ocupemos, el dinero que tengamos o el trabajo que hagamos, nos viene bien desarrollar ¿no crees?
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