jueves, 3 de noviembre de 2016

¿POR QUÉ CAPACITAR EN HABILIDADES BLANDAS?

Cuando se habla de Capacitación en términos laborales, se entiende como el proceso que tratará de facilitar y estimular el desarrollo de habilidades y/o conocimientos en los colaboradores para mejorar su desempeño y sus condiciones de vida y de trabajo, todo lo cual deberá finalmente incidir en la productividad de la organización.
Aunque muchos empresarios aún lo ven como un gasto, debe enfocarse como una inversión que debe dinamizar la dinámica interna y potenciar la evolución del negocio.
En general, los procesos de capacitación se dividen en dos tipos:

  1. Habilidades Duras (Aspectos Técnicos): Que son los conocimientos indispensables para realizar las tareas y gestionar la función que se espera del puesto.
  2. Habilidades Blandas: (Aspectos Actitudinales): Que se refieren a la forma como las personas gestionarán y desarrollarán sus capacidades para ponerlas al servicio de los requerimientos del puesto y de la organización, y así desempeñarse de la manera más eficiente. 
Ambas formas de capacitación son importantes pues son habilidades complementarias y es clara la importancia que ambas tienen en el éxito de una empresa, pues mientras una te dice lo que debes hacer, la otra te dice la mejor manera de encarar y asumir el proceso de hacerlo, siempre con miras a mejorar los resultados.
Al hablar de "habilidades blandas" nos referimos a aquellos atributos o características de una persona que le permiten desenvolverse e interactuar con los demás de manera efectiva y adecuada, de acuerdo al estilo esperado por la organización.
Desde esa perspectiva, la capacitación en habilidades blandas viene ocupando un lugar destacado, a diferencia de las décadas anteriores, ya que en la actualidad se valora mucho más la importancia de tener colaboradores que sepan actuar de forma eficiente, resolver inconvenientes imprevistos, comunicarse adecuadamente y enfrentar de manera correcta todo lo que implica un desempeño laboral exitoso para la empresa y para el trabajador.
Dado que las habilidades blandas (Soft Skills) están orientadas al desarrollo de la inteligencia emocional aplicada al desempeño (trabajo en equipo, resolución de conflictos, adaptación al cambio, manejo del estrés, liderazgo, comunicación efectiva, gestión eficiente del tiempo, entre otros) es importante tener presente tres aspectos fundamentales al pensar en capacitar al personal:
  1. En primer lugar debe realizarse una evaluación donde se deslinde el nivel jerárquico que requiere ser capacitado primero: gerencias, jefaturas, mandos medios o nivel operativo. Se da el caso muy frecuente de que se capacita a los colaboradores cuando el problema se origina en la forma de comportamiento del jefe.
  2. Se debe enfocar el proceso de mejora incluyendo cambios en el entorno (procedimientos, normativa, sistemas de evaluación y estímulos, etc.) para que la nueva actitud o capacidad desarrollada se inserte en un medio adecuado a recibir el esfuerzo que realiza la persona.
  3. La capacitación deberá estar diseñada de acuerdo a un diagnóstico previo que evalúe el nivel de logro que tienen las personas respecto a una competencia y la necesidad que el puesto tiene de esa habilidad. Sólo de ese modo podrá realizarse una capacitación efectiva y que sea una auténtica inversión.   
Finalmente, es importante valorar el elemento motivador que posee una capacitación en habilidades blandas en el personal de una organización, pues a diferencia de la capacitación técnica, la primera te prepara para ser una mejor persona, más eficiente en cualquier entorno, y eso es un beneficio importante que queda con la persona, independientemente de su desempeño en la empresa.
Adicionalmente, es bueno tener presente que el mayor nivel de inteligencia emocional es un factor que aumenta la empleabilidad de la persona.

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