sábado, 17 de octubre de 2015

FIDELIZACIÓN CORPORATIVA Y SALARIO EMOCIONAL

En los países en desarrollo, cuando los sueldos, en su mayoría, no están acordes con las expectativas del trabajador, una mejora en ese aspecto es siempre esperada con ilusión, sin embargo, cada vez más los trabajadores, especialmente los más jóvenes, esperan también otro tipo de beneficios que son considerados como un “salario emocional” que puede ser un elemento importante al momento de reclutar, motivar  o retener personal (fidelización corporativa).

Si una empresa desea identificar los mejores empleados, debe prepararse para ser atractiva a los mejores candidatos, y eso incluye muchos aspectos no salariales, con una visión orientada hacia intereses diversos del ser humano, que serán valorados de forma paralela al económico, y aunque tal vez no lleguen a superarlo  en la mayoría de casos,  pueden pesar mucho al momento de una decisión, especialmente cuando el candidato tiene más de una opción laboral a considerar y sus expectativas de desarrollo no está basadas únicamente en la remuneración.
El salario emocional es todo aquello que recibe el empleado, independientemente de sus ingresos, y existe desde siempre, aunque no tuviera ese nombre. Esta estrategia remunerativa es conveniente dado que el salario es un motivador de corto plazo, mientras que el salario emocional, si bien no se traduce en dinero, está fuertemente ligado a las emociones de las personas, a su necesidad de satisfacción personal y al apego que sienten por la empresa.
Por ese motivo, cada vez más las empresas medianas o pequeñas invierten en temas como capacitación, servicio de coaching personalizado, programas de salud, ambientación o mejora de clima laboral.  Otro tema que suele ser de gran valor es el de brindar servicios de desarrollo o autoconocimiento personal, pues aumentan la empleabilidad individual a la vez que fortalecen los procesos de desempeño.  La idea de un seguimiento y de un mentor que guíe a los empleados tanto jóvenes como antiguos, y los roles de mentor que se les da a los más antiguos, son parte de su salario emocional. También es muy efectivo realizar un diagnóstico de las necesidades de capacitación del personal antes de realizar un programa de este tipo, de forma que los recursos destinados a ello sean una inversión verdaderamente rentable.
Otra opción puede ser la implementación de un servicio de voluntariado, para convocar la solidaridad de los participantes y favorecer a beneficiarios de sectores necesitados, iniciar un programa de talento, futuros líderes o desarrollo de habilidades.
A veces, no se trata de destinar grandes presupuestos, sino de estar atentos y ‘escuchar’ las necesidades e intereses de los empleados. Puede sonar paradójico, pero donar el propio tiempo de trabajo para una ONG o un programa de responsabilidad social es muy valorado por los empleados más jóvenes. Mientras que los mayores aprecian mucho el hecho de poder seguir capacitándose o bien de participar ellos mismos como mentores o capacitadores de los nuevos empleados.
El salario más alto es algo muy buscado, pero cada vez es más claro que ya no es determinante contra aspectos como horarios, clima interno, posibilidades de desarrollo y otro que afectan la calidad de vida de las personas. En las empresas, cualquiera sea su tamaño, ya comenzó a entenderse esto, y también que existe una enorme oportunidad para aumentar el atractivo de las organizaciones siempre y cuando ellas comprendan que la gente ya no sólo se motiva con dinero y que el respeto por la persona y su contexto laboral es algo impostergable.
Este enfoque debe procurarse con todo el personal, para que se convierta en una característica del estilo organizacional, utilizando estrategias diversas en diferentes niveles. Debe tenerse en mente especialmente en el caso de aquellos empleados que se desea conservar por un largo plazo, por lo que su fidelización debe planificarse con esmero.
Es importante que la empresa sea consiente de lo que implica individualmente para cada empleado su lugar de trabajo; hacerlo sentir cómodo, que desee aportar nuevas ideas para mejorar sus procesos y que sienta orgullo de pertenecer a su empresa, por la que sentirá poco a poco, mayor lealtad y compromiso. 

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